Cuando lo que parecía imposible se convirtió en algo absurdamente sencillo.
A primeros de diciembre me hice con el *voz de anuncio grandilocuente* Game Pass Ultimate *fin de efecto* por 1€. Tengo que decir que es el mejor euro que he invertido en videojuegos, ya que me ha permitido disfrutar de algunos títulos que de otra manera ni hubiese visto; además de algunos que tenía fichados pero no me daba la economía.
Venga, os hago una lista:
- Unpacking: pequeño juego en el que nos dedicamos a deshacer cajas de mudanza y que me sorprendió muy gratamente.
- AI: The somnium files: Visual novel japonesa en la que se investigan una serie de asesinatos que, sin ser nada increíble, me gustó bastante. Me estoy aficionando peligrosamente a ese género.
- Scarlett Nexus: A este le tenía el ojo echado, pero estaba esperando que tuviese un precio decente. Es de estos en 3D de ir soltando hostias y haciendo combos y además tiene poderes y una flipadura, vamos, que imagino que el género tendrá nombre, pero lo desconozco (dejádmelo en los comentarios). Me ha gustado también bastante.
- The forgotten city: Este no lo iba ni a jugar, pero vi un tweet mencionándolo y dije: pues vamos a echarle un ojo. La virgen qué juegazo. No cuento nada por si lo queréis probar, porque es de esos que creo que es mejor llegar sin tener ni idea de lo que te vas a encontrar.
Probé varios juegos más, que no llegué a terminar. De ellos destacaría Perfect Dark, que me encantó hasta llegar al jefe final que me pareció imposible; Aragami 2, que me ha gustado también mucho, aunque se basa mucho en el sigilo y no nos llevamos muy bien ese tío y yo. Y Twelve minutes, que lo aguanté 15 minutos. Aburridísimo.
Y el que tiene el honor de protagonizar este post de mierda: Mortal Shell.
Vale, creo que no hace falta decirlo, pero por si acaso. Conocéis los *voz de grandilocuente con reverb* Dark Souls *fin de efecto*, ¿verdad? Para quien no, son unos juegos tipo action rpg en los que no se entiende una mierda de lo que hay que hacer, así que todos hemos tenido que tirar de guías para acabarlos y son considerados muy difíciles, o exigentes si eres muy fliper.
Ayyy, aún recuerdo cuando estuve con un colega que me contó las maravillas del juego, lo divertido y guapísimo que estaba, compré el prepare to die edition (y pensé: como se han flipado, ¿no?), me puse con él, llegué hasta el toro de la muralla y me cagué en los putos muertos del juego de los cojones. Y ahí se quedó. Tiempo después jugué al Code Vein, que decían que era del estilo pero más fácil (y con monas chinas) y todavía me acuerdos de un enfrentamiento a unos bosses que iban en pareja y al jefe final. Hijo de la grandísima puta la de veces que me mataría, me lo cargué de pura chiripa.
Después de eso vinieron los Nioh (maravillosos, aunque muy hijos de puta también), Bloodborne, Dark Souls Remaster (no es tan difícil, salvo el demonio de aries que está hecho a mala leche) y por último, Mortal Shell.
Cómo me he flipado con el aviso, ¿eh?
Bueno, al tema. Yo empecé el juego sabiendo más o menos a lo que iba, ya tenía experiencia en otros títulos similares y era consciente de que los principios con estos son difíciles.
Empecé, la palmé en el primer encuentro que hay (está pensado para acabar así) y empecé en un mundo pantanoso con una barra de vida minúscula, pero tan minúscula que un solo golpe del enemigo más esmirriado me podía matar. Por suerte, al girar la primera esquina me encontré el primer receptáculo.
Hagamos una pequeña pausa para un resumen rápido de las mecánicas y peculiaridades de este juego: como ya he dicho es muy similar a los juegos tipo souls, tiene su barra de vida y su barra de energía que, cuando se agota, solo te permite moverte despacito, así que hay que ir gestionándola; pero además tiene una serie de "puntos" denominados determinación. Estos se van consiguiendo matando enemigos y se pueden usar para usar habilidades especiales.
Al contrario que en otros juegos de este estilo, en Mortal Shell no contamos con una serie de características tipo fuerza, agilidad, vitalidad, etc. que podamos mejorar con la experiencia conseguida. En su lugar contamos con una serie de receptáculos, que sería algo así como arquetipos de personaje, cada uno con sus características y habilidades propias, de los que existen un total de cuatro:
- Harros, el que encontramos al principio del juego, sería el más equilibrado, tiene unos valores medios de vitalidad, resistencia y determinación.
- Solomon tiene el máximo de determinación, algo más de vitalidad y la misma resistencia que Harros.
- Tiel, por su parte, posee la máxima resistencia, pero es el que menos vitalidad y determinación posee.
- Y por último, Heredrim, que tiene el máximo de vitalidad pero es el que menos determinación y resistencia tiene.
Cada uno de estos receptáculos está en algún lugar del pantano en el que empezamos y tendremos que encontrarlo para poder usarlo. De igual forma existen cuatro tipos de arma: la espada que nos dan al principio y otras tres que podremos conseguir en cada una de las "mazmorras" del juego. Estas armas son bastante fáciles de localizar, ya que se encuentran al principio de cada una de las mazmorras; la única complicación, además de llegar, es que para conseguirlas tendremos que derrotar a un enemigo.
Siguiendo con las mecánicas, disponemos de un ataque débil y otro fuerte, la capacidad de esquivar ya sea mediante un pequeño desplazamiento o rodando, correr, atacar en carrera, petrificar nuestro cuerpo (lo que nos hará invulnerables al siguiente ataque físico que recibamos) y, llegado cierto momento, también realizar un parry.
Yo soy penoso haciendo parries, creo que en total de todos los que habré intentado me habrán salido un 5% y de casualidad, por lo que entenderéis lo que pasó y contaré más adelante.
Además tenemos la mecánica de que si morimos perdemos el dinero que hayamos conseguido. Que aquí tenemos dos cosas que conseguir: el tar, que sería la moneda, y nos permite comprar tanto nuevas habilidades para nuestro personaje como objetos y los vestigios, que serían la experiencia y su uso es comprar, junto con el tar, habilidades. Cuando morimos perdemos el tar, pero no los vestigios. Y menos mal, porque cuesta mucho conseguirlos.
Creo que con esto más o menos lo tenemos todo.
Cuando empecé el juego no tenía ni la más mínima idea de lo que tenía que hacer, así que me puse a explorar, morí, seguí explorando, volví a morir, y así estuve hasta que localizé el que es la base principal del juego: un pequeño edificio donde se encuentra la hermana Genessa, que es el punto de guardado y compra de habilidades del juego, una mesa de trabajo para mejorar armas, un mercader (que no encontré hasta muy tarde, estaba escondido el cabrón), puntos para cambiar de receptáculo, de arma y un pavo que te pide que le consigas unas cosillas y te da la habilidad de parry.
Después de eso seguí dando vueltas y encontré al primer mini-boss del juego, un hijo de la grandísima puta que me mató como 40 veces antes de que consiguiese acabar con él. De verdad que era tan jodido que la sensación al vencerlo fue mejor que cuando acabé con las gárgolas de Dark Souls.
Seguí explorando, muriendo de forma regular, conseguí el receptáculo de Solomon, que en principio parecía mejor que el de Harros, y de pura casualidad llegué a la primera mazmorra. Ahí conseguí la segunda arma del juego y me propuse seguir avanzando; estaba claro que esa zona era obligatoria y que tendría un jefazo y una de esas cosas que me pidió el pavo del parry, de verdad, cantaba muchísimo.
Pero después de morir como 20 veces contra los mindundis que me encontraba por el camino lo dejé, lo di por imposible. De verdad que en ese momento cualquier juego similar de los que probé antes era mucho más fácil. Y lo mismo pensáis: a ver si es que te metiste en la más difícil. Pues no, era la más fácil.
Lo dicho, abandoné el juego, estuve jugando otras cosas y un día me dio por ponerme un video de youtube que me contase la historia del juego, ya que no lo iba a acabar y como todos sabemos que en estos juegos la historia es importantísima. Pues este video, además de la historia, contaba dónde conseguir todas las armas y receptáculos y un poco las características de cada uno. Así que un día me dio el punto y me dije: voy a conseguir los que me faltan y los pruebo, si total...
Primero conseguí el de Tiel, que no tenía mucha vitalidad, pero le sobraba energía. Era maravilloso, podía pegar todo lo que quería y esquivar sin parar, se movía rapidísimo; tan rápido que la XBOX no podía manejarlo y de vez en cuando se quedaba como congelada y cuando reaccionaba me habían matado. Era como el lag de los juegos online pero sin online.
Después fui a por el de Heredrim, no muy convencido. A ver, tenía demasiada poca energía y a mi me gusta moverme mucho en estos juegos, si ya con Harros me faltaba este iba a ser un desastre. Pero no conté con el poder de su descomunal barra de vida. Justo enfrente de donde se encontraba el receptáculo de Heredrim había una de las mazmorras, así que entré, ya de paso conseguía el arma y así la probaba. Cual fue mi sorpresa que en el combate para obtenerla descubrí la que a partir de ahí sería mi técnica predilecta.
He mencionado la mecánica de convertirse en piedra, pero lo que no he dicho es que al hacerlo interrumpe lo que sea que esté haciendo el personaje y, cuando deja de ser piedra, esa acción continua. Funciona si estás rodando o si estás atacando, y mi técnica consistía en lo siguiente: lanzaba un ataque fuerte y, antes de que el ataque terminase de ejecutarse, me convertía en piedra. El enemigo me atacaba, rompiendo así la piedra (y sufriendo un pequeño desequilibrio) y liberando el ataque que tenía a medias, que se comía. Rodaba hacia atrás, esperaba a que se recargase la habilidad y repetía.
Era una técnica lenta, aburrida y algún golpe me llegaba a comer, pero funcionaba.
Así que, después de este increíble descubrimiento me dije: ¿y si probamos a ver qué tal se nos da la mazmorra? Y ahí que fui. Me mataron muchas veces, avanzaba lento y moría con facilidad, pero avanzaba. Tuve algunos momentos de frustración, como cuando descubrí que yo podía caerme por los precipicios pero los enemigos chocaban contra una pared invisible y ahí seguían, o con las ballesteras (malditas hijas de su madre). Pero al final llegué al jefe final. Y cayó al primer intento. Podríais pensar que algún apuro pasaría, pero no, fue fácil.
Así que ya con el ánimo por las nubes me dispuse a intentar acabarlo. Me dirigía a la segunda mazmorra sin caer ni una sola vez y llegué al jefe habiendo perdido apenas la mitad de la vida, que es que incluso había un mini-boss por medio; como el que me mató 40 veces al principio, pero con más ataques. Y el jefe: fácil, también a la primera. Es que toda la mazmorra fue mucho más fácil que la anterior.
Así que me dispuse a ir a la que me quedaba, la misma en la que lo había dado por imposible y, ¿sabéis qué? Que estaba tirada, llegué al jefe en un momento y fue insultantemente fácil.
Luego fui al jefe final del juego y este sí me mató una vez porque hubo un ataque que no veía la forma de contrarrestarlo, hasta que la vi (no hacía falta parries, me pasé el juego sin usar el parry). Aunque mi técnica con él no funcionaba, así que me lo despaché a base de ataques en salto.
Pero de verdad que no sé cómo describir cómo de parecerme totalmente imposible el juego se convirtió en un paseo. Me gustó bastante, estuve entretenido incluso a pesar de la frustración, pero fue un cambio abismal una vez me hice con el receptáculo de Heredrim.
Según San Google, Scarlet Nexus es un J-rol. Que a saber qué es eso... ¿Arcade rpg?
ResponderEliminarMás bien action rpg. Pero qué de RPG tiene que ganas experiencia y subes de nivel. Yo le veo más parecido a juego tipo devil may cry. Pero todo es verte un vídeo de gameplay en YouTube.
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